Cuando en un mismo espacio te encuentras con personas que conscientemente deciden escuchar su corazón, ese corazón que les pide a gritos un cambio para su vida, es cautivante la manera en la que cada historia se convierte en un aprendizaje de crecimiento y fortaleza. Pero es aún más cautivante cuando ese cambio no esta sólo, sino que anhela ser devuelto al mundo para ser un agente de cambio, para servir en amor y construir en uno para el crecimiento del otro.

Particularmente lo que más admiré y admiro de Sandra es la increíble convicción con la que estaba decidida a cambiar su vida, a servir y a crecer. Puedo decir con certeza que en el bendecido espacio que compartimos, no vi a nadie más dedicado y disciplinado que ella. La forma en la que sin descanso a pesar del sol y la lluvia ha logrado mantener el enfoque en su sueño de ser Coach, demuestra que no hay meta imposible sino falta de pasión en lo que se cree, a ella le sobra esa pasión. Para mi ha sido un gran aporte a mi ejercicio profesional y a mi vida personal el ejemplo que ella da con su profesión, con su entrega , su respeto, su constate entrenamiento y con la fuerza de pertenecer al cambio trabajando con la fuerza que sólo puede tener alguien que ama lo que hace, y claramente si alguien ama lo que hace es Sandra Rodríguez.