Cada vez que paseo por el centro de mi ciudad, nunca me pierdo la oportunidad de encontrar un buen sitio para tomarme un café y leer un rato. El centro de Bogotá siempre ha tenido magia para mí, allí aprendí a desenvolverme y ganarme la papita como decimos en Colombia es decir el sustento diario. Hoy guardo un profundo agradecimiento a esta enorme ciudad porque me ha permitido crecer con la certeza de que la vida es para VIVIRLA libre, independiente, alegre y entusiasta. Y es que en una ciudad como Bogotá una inyección diaria de optimismo es necesaria antes de salir de casa. En medio de una ciudad caótica como Bogotá en dónde los índices de inseguridad, intolerancia y violencia están de locos, mucho hay de positivo, pero ¿Para qué decidir ver la otra cara de la moneda?, Pues bien permíteme decirte que ésta decisión la puedes tomar a partir de hoy, no sólo puede cambiarte a ti, sino también al mundo.
Pues bien, de todo de lo que nos quejamos en nuestra ciudad, más la dosis diaria que recibimos por parte de medios de comunicación no es más que una sombra colectiva que es alimentada segundo a segundo por cada uno de nosotros. Proyectamos sin ser conscientes de ello todas aquellas cosas que nos avergüenzan de nosotros mismos, las proyectamos en personas que hacen parte de nuestra vida, como las que no. Lo anterior incluye desde nuestros familiares más cercanos hasta el habitante de la calle.
Así que tienes materia prima de sobra para empezar a trabajar en ti mismo si quieres cambiar el mundo. La dualidad de luz y sombra es necesaria y representa una oportunidad de oro si queremos elevar nuestro nivel de consciencia, trabajar con nuestras máscaras y subir nuestros estándares personales. Muchas personas me preguntan que como pueden contribuir a salvar el mundo y este es el primer paso. Reconoce que proyectas y cómo puedes empezar a integrar tu sombra para mejorar tu entorno.
Debbie Ford, Deepak Chopra y Marianne Williamson en su Libro Luz en la sombra nos plantean los siguientes pasos que hoy quiero compartir contigo
Paso 1. Deja de proyectar:
Estas son las formas típicas en las que solemos proyectar
SUPERIORIDAD: << Sé que soy mejor que tú. Tienes que darte cuenta y reconocerlo>>
INJUSTICIA:<<Es injusto que me pasen cosas malas>> o <<No me lo merezco>>
ARROGANCIA: <<Soy demasiado orgulloso para preocuparme de ti>>. Tu mera presencia me irrita.
ESTAR A LA DEFENSIVA: << Me estás atacando, por lo tanto no te escucho>>
CULPAR:<<Yo no he hecho nada. Todo es culpa tuya>>
IDEALIZAR A LOS DEMÁS:<<Mi padre era como un dios cuando yo era pequeño>>. <<Mi madre era la mejor del mundo>>o <<El hombre con el que me casará será mi héroe>>.
PREJUICIOS:<<ESE ES UNO DE ELLOS Y YA SABES COMO SON>>o <<Ten cuidado. Lo de su calaña son peligrosos>>
CELOS: <<Vas a traicionarme. Lo presiento>>
PARANOIA:<<Vienen por mí>> o <<Veo una conspiración que nadie más puede ver>>
Cuando aparece alguna de estas actitudes, hay un sentimiento inconsciente oculto en la sombra al que no puedes enfrentarte. Estos son algunos ejemplos típicos:
SUPERIORIDAD: Disfraza el sentimiento de que eres un fracasad o de que los demás te rechazan si saben cómo eres realmente.
INJUSTICIA: Disfraza el sentimiento de que eres un pecador o de que siempre se re debe culpar por algo.
ARROGANCIA: Disfraza la ira reprimida, bajo la cual se oculta un profundo dolor.
ESTAR A LA DEFENSIVA: Disfraza el sentimiento de que no eres cálido y que eres débil. Salvo que te defiendas de los demás, empezarás a atacarte a ti mismo.
CULPAR: Disfraza el sentimiento de que tienes defectos y que debes avergonzarte de ti mismo.
IDEALIZAR A LOS DEMÁS: Disfraza el sentimiento de que eres un niño débil e indefenso que necesita protección y al que hay que cuidar.
PREJUICIOS: Disfraza el sentimiento de que eres inferior y que mereces el rechazo.
CELOS: Disfraza tu propio impulso de desviarte o tu sentimiento de no considerarte normal sexualmente.
PARANOIA: Disfraza la ansiedad abrumadora y muy consolidada.
Como verás la proyección es mucho más sutil de los que imaginas, es la puerta abierta para la sombra. Es una puerta dolorosa, pues lo que consideras defectos en los demás enmascara tus sentimientos hacia ti. Lo ideal sería que pudieras dejar de culpabilizarte y condenarte. Deshacer la sombra es un proceso. Así que para hacerlo con éxito el punto inicial es ver lo que hacemos, contactar con el sentimiento que se ocupa bajo la superficie y hacer las paces con él.
Mira lo que Haces: ¿es fácil reconocer que estás proyectando?
Una clave para darte cuenta es la negatividad: La proyección nunca es neutral. Se manifiesta como energía negativa porque lo que disfraza es negativo. Esto resulta ser una ayuda. Te te sientes furioso o ansioso. Eso son sentimientos de la sombra. Pero cuando diriges tu ira hacia otra persona o un objeto, o ves razones en todas partes para tener miedo (hay negatividad), entonces hay un claro ejemplo de proyección. Espero que puedas ver la diferencia entre el sentimiento y su proyección; estar furioso es útil, mientras que canalizar la ira culpabilizando al otro no lo es. La sociedad quiere que sigas culpabilizando, porque el pensamiento de <<nosotros contra ellos>> es una forma muy mala de mantener unida a la población. De ahí esa vocecita interior que te dice que quieres <<cazarlos>>: a los terroristas, a los comunistas ateos, a los traficantes de droga, a los delincuentes o a los maltratadores de niños. La lista es interminable. En vez de creerte todas estas razones para culpabilizarlos a <<ellos>> y juzgarlos por sus faltas (razones que pueden ser válidas), toma otro camino diferente. Obsérvate a ti mismo y lo que te está indicando sobre ti este juego de culpar a los demás.
Contacta con tus sentimientos ocultos
En cuanto descubres que estás proyectando un sentimiento oculto, tienes que contactar con él, no te demores. La puerta de la oportunidad se cierra muy pronto. Necesitas estado de alerta, voluntad, estar abierto, sinceridad y valor. Dicho de otra forma, si no te paras a preguntarte:<<Qué es lo que estoy sintiendo ahora>>, le estás dando la espalda a las condiciones que acabo de mencionar. Estás dejando que la sombra gane.
Haz las paces con tus sentimientos: Cuando puedas ser consciente de los que estás sintiendo, tienes una oportunidad. De hecho tienes varias. Puedes esconder más ese sentimiento, lamentarte y disculparte. Ninguna de estas opciones es productiva. Están en manos de la sombra y refuerzan el sentimiento no deseado, haciendo que todavía sea más indeseado. Resulta extraño, pero los sentimientos tienen sentimientos. Como forman parte de ti, saben cuándo no son deseados. El miedo coopera ocultándose; la ira coopera haciendo ver que no existe. Eso es más de la mitad del problema. ¿Cómo puedes sanar un sentimiento no deseado cuando estás intentando no cooperar?
No puedes. Hasta que no hagas las paces con los sentimientos negativos, éstos persistirán. La forma de hacer frente a la negatividad es reconocer que existe. No hace falta nada más. No hay confrontación dramática, ni catarsis. Siente el sentimiento si es ira, miedo, envidia, agresividad o cualquier otra cosa, y di: <<Te reconozco. Eres parte de mí>>. No tienes por qué sentirte bien con tu sentimiento no deseado. Es un proceso. La ira y el miedo volverán, así como cualquier otra emoción profundamente escondida. Cuando esto suceda, reconócela. Con el paso del tiempo, llegará el mensaje. Tus sentimientos no deseados no te parecerán tan terribles.
Cuando suceda eso, empezarás a escuchar su historia. Cada sentimiento encierra su causa:<<Soy así por esta razón>>. Ábrete a la historia que surja, sea cual sea. Todos los traumas del pasado que has experimentado, desde un accidente de coche hasta que te rechacen en el amor, desde perder el trabajo hasta el fracaso escolar, han depositado sus restos en la sombra. Has estado acumulando lo que algunos psicólogos llaman <<deuda emocional con el pasado>>. Para pagar esta deuda, has de escuchar la historia que encierran. Por ejemplo, la historia puede ser <<Nunca superé no entrar en el equipo de Beisbol>>o <<Me siento culpable por haber robado el dinero del monedero de mi madre>>. La mayoría de las historias se remontan a la infancia, porque es entonces cuando se aprende la culpa, la vergüenza, el resentimiento, la inferioridad y la mayor parte de la negatividad básica que acarreamos.
Cuando hayas escuchado la historia, acéptala. Piensa que tenías una buena razón para aferrarte a esa negatividad en ese momento, por lo tanto no hiciste nada malo. El miedo no pretendía herirte; sólo pensaba que tenías que estar en guardia por si otra chica o chico te rechazaba, por si otro progenitor te regañaba u otro jefe te despedía. Cuando hayas aprendido estos pasos y qué hacer con la proyección, puedes plantearte la siguiente pregunta. ¿Por qué necesitamos defendernos? Esto se convierte en una pregunta crucial, porque pone en entredicho la razón principal de la existencia de la sombra.
Con amor,
Sandra Rodríguez
Coach Personal y Entrenadora
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