Es viernes, 2:30 p.m, camino hacia una de mis habituales sesiones de coaching y no puedo evitar la tentación de un helado en uno de los restaurantes mas concurridos en el parque de la 93 en Bogotá. Busco un sitio cómodo sin interrupciones y abro las notas que deseo revisar antes de mi sesión, en mi nuevo juguete (Ipad2). Mientras aguardo por mi orden, observo a las personas que se encuentran trabajando en el lugar y hay muchas laptops; en especial Macintosh; en la calle muchos chicos llevan audífonos blanco (iPods, inconfundibles), son usuarios de Apple. Es increíble que estos reproductores de música vendan en volúmenes tan altos cuando hay otras opciones más baratas en el mercado.
¿Qué hace que un consumidor prefiera una marca sobre otra?
La respuesta es el AMOR. Por más cursi que pueda sonar nos la brinda Kevin Roberts, CEO de la prestigiosa agencia global de publicidad, Saatchi & Saatchi y autor del libro “Lovemarks, el futuro más allá de las marcas.” Su idea central es que el concepto de “marca” está agotado y lo que se necesita para rescatarlo es lo que él denomina “Lovemarks” o “Marcas de Amor”, marcas que generan una conexión emocional con los consumidores, provocando una lealtad más allá de la razón. Para que esto ocurra, según Roberts, deben darse tres ingredientes:
Misterio: Debe haber una historia que contar, un pasado pero con capacidad de proyectarse hacia el futuro; debe haber sueños, mitos, símbolos, metáforas. En este contexto, ¿Quién no ha escuchado extraordinarias historias, casi leyendas de Steve Jobs y el inicio de Apple?
Sensualidad: Las marcas deben provocar sensaciones, conectarse con los sentidos que nos regalan sonidos, luces, olores, texturas, sabores. ¿Quién no recuerda la locura del lanzamiento del Ipod Nano?
Intimidad: Hay compromiso, empatía, pasión.
Cuando estas tres características están presentes, es muy probable que la marca logre una Conexión emocional con sus consumidores, generándose así, una Lovemark.
Sin embargo, el concepto de Love Mark aplica también a personas. Steve Jobs es un ejemplo de ello. A pesar de los aprendizajes de vida que menciona en el célebre discurso que ofreció en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford en el 2005.
Jobs se encargó de construir un proyecto de vida con una marca personal de éxito en donde se labró un camino profesional que aunó cualidades, talentos e intereses que le permitieron disfrutar y amar lo que hacía, y lo más importante le dieron propósito y sentido de vida.
Era un perfeccionista. Un hombre que derribaba dogmas y que perseguía sus sueños, pero a la vez un tipo fuerte con el que “uno tenía que estar listo para tomar su opinión y dar marcha atrás”, como lo describió Jay Elliot Vicepresidente de recursos humanos que trabajó para Jobs durante cinco años en los primeros tiempos de Apple.
Jobs creó fantasías en la mente de muchos de nosotros, unió la belleza y la funcionalidad en cada una de sus creaciones. Edificó lealtad a lo largo de los años. Nos dio satisfacción en la compra y uso de sus productos. Muchos de nosotros proyectamos aspectos de nosotros mismos en los productos de Apple.
Muchas de las personas que he ayudado a convertirse en artesanos de sus vidas que se encuentran alrededor de los 35 a 45 años de edad me han manifestado una crisis de sentido de Vida. Habían caído en la cuenta de que no disfrutaban de sus actividades y no amaban lo que hacían.
También se habían percatado de que no tenían un proyecto de vida y mucho menos una marca personal que los distinguiera de los demás, que marcara la diferencia, que los hiciera únicos, auténticos. Necesitaban de un cambio estructural un giro de 180 grados buscando una mejora integral en la manera en que desarrollaban su actividad laboral profesional.
Construir esta identidad implica poner en práctica tácticas que sean capaces de crear significados. Los siguientes pasos ayudan a recorrer de la mejor manera este proceso:
1. Otorgue frescura a la forma de pensar y de actuar a través de distintos caminos. Tome decisiones y aprenda de sus resultados. Cada paso debe despejar el siguiente.
2. Deje de buscar un único “yo” y enfóquese en cuál de los varios yo posibles desea probar y potenciar. La reflexión es muy importante, aunque hay que evitar que se convierta en una barrera al cambio. Refleje lo que es, resulta menos importante que probar lo que realmente quiere ser.
3. Permita ciertas oscilaciones en el período de transición, en este sentido es preferible vivir las contradicciones que tomar una decisión prematura. Aunque siempre toma un tiempo para renovar ideas.
4. Resista la tentación de tomar “la gran decisión” que cambiará todo muy rápido. Use una estrategia de pequeños éxitos tempranos para liderar los cambios más profundos, es más motivador y rentable que tratar de lograr el cambio de identidad a la primera.
5. Identifique proyectos que le permitan implementar el nuevo estilo. Aproveche las oportunidades para experimentar seriamente los valores, preferencias y singularidades.
Te invito ahora a tomar lápiz y papel y refugiarte en un lugar tranquilo y contestar las siguientes preguntas que te ayudarán a dar el primer paso en la construcción de tu proyecto de vida y de tu marca personal:
- ¿En que se convierten las personas que entran en contacto contigo?
- ¿Cuántas personas eres?
- ¿Cuántas personas estas dejando de ser porque son diferentes a ti?
- ¿Tienes claro tu talento único que te diferencia de los demás y que le da sentido a tu vida?
- ¿Cómo te sientes en este momento con tu desarrollo personal y profesional? ¿Amas lo que haces?
- ¿Tienes claras tus metas y objetivos a corto, mediano y largo plazo?
- ¿Cómo tratas a las oportunidades?
- ¿Cómo tratas a los obstáculos que se te presentan?
Y la última pregunta que se hacía Steve Jobs frente al espejo en las mañanas desde hace 33 años:
- Si hoy fuese el último día de mi vida. ¿Querría hacer lo que voy a hacer hoy?
Te invito a que dejes tus comentarios, opiniones. Recuerda Tu puedes ser el artesano de tu vida. Vas por buen camino construyendo tu propósito de vida.
Sandra Rodríguez
ICL Coach. INILID
Coach artesano