Solo cuando tengamos el coraje de enfrentar las cosas tal y como son sin ningún autoengaño ni desilusión, surgirá una Luz de los acontecimientos con la que reconoceremos el camino al éxito. I Ching
Érase un hombre que estaba buscando las llaves que había perdido de su coche. Las estaba buscando a la luz de una farola. Se le acercó alguien y le preguntó: -“¿Qué estás buscando?”, “Las llaves de mi coche, las he perdido”, “No te preocupes, te ayudaré a buscarlas”. Al cabo de un buen rato, el ayudante le pregunta: “¿Estás seguro de haberlas perdido aquí?”, “No, Las he perdido allá”, señalando la oscuridad. “¿Entonces por qué las buscamos aquí?” y él contesta: “¡Porque aquí hay luz!”
Muchos de nosotros hemos escuchado que creamos la realidad a través de nuestro pensamiento, palabra y acción. Pero, si sumáramos el pensamiento, palabra y acción de cada una de las personas que habita el planeta tierra, ¿qué balance tendríamos?
Cada uno de nosotros puede a su mejor entender contestar esta respuesta, sin embargo, no podemos desconocer que en este mismo momento el 50% de la población mundial vive con menos de dos dólares al día y el 20% con menos de un dólar al día. Vivimos en medio de una sombra colectiva cada vez más patológica, reprimida, enfurecida e ignorada que se manifiesta como el mal, la guerra, el terrorismo, la injusticia social y las desigualdades radicales en el estatus económico. Pero la pregunta es ¿por qué? ¿Por qué personas, instituciones sociales, financieras, políticas y corporativas no reconocen ni entienden la energía de la sombra en nuestra sociedad?
La respuesta puede ser fácil más no sencilla. Nuestro colectivo está en frente de un iceberg y va en una dirección que es insostenible, una dirección hacia la no supervivencia a menos que cada uno de nosotros desde una perspectiva arquetípica elijamos y decidamos entender somos el capitán de nuestras vidas y que hemos contribuido a crear y alimentar la sombra colectiva a través de nuestras proyecciones personales. Proyectamos día a día la realidad que vivimos en nuestros hogares, trabajos, relaciones y sobre todas las cosas proyectamos nuestros miedos, culpas, errores e impulsos más profundos. Lo que pasa es que tenemos la tentación de dejar que siga pasando, permitirlo una y otra vez y no hacer nada.
Entonces para cada uno de nosotros es un reto diario el entender y comprender que no podemos seguir siendo un capitán que baja las escaleras y se va a dormir. El punto de partida para cambiar nuestra realidad colectiva parte de cambiar nuestra realidad individual y para ello hay tantos caminos como estrellas en el cielo. La evolución de la propia alma no es un proceso rápido que harás en uno o dos días, es un trabajo personal de toda la vida.
Mi propuesta es el autoconocimiento desde el amor hacia nosotros mismos. El amor incluye abrazar y aceptar toda nuestra potencialidad, cualidades, dones, talentos y propósito como abrazar y aceptar nuestras sombras.
Trabajarnos día a día y dejar de fingir que no somos eso que odiamos, liberará a nuestro ego de todo aquello que quiere esconder y que es inaceptable para nosotros mismos. Podremos quitar muchas máscaras para probar a los demás que no sabemos, que somos inferiores que necesitamos aprobación y aceptación. A esto yo lo llamo hacer magia en tu vida y es el camino hacia la libertad.
Ver y reconocer tus sombras desde el amor te permitirá iluminarlas e integrarlas. Construirás la tan anhelada coherencia. Podrás crear nuevas realidades y si sumáramos las nuevas realidades de cada persona que habita el planeta tierra ¿qué balance tendríamos?
Soy Sandra Rodríguez y una de mis pasiones como entrenadora personal es acompañar e inspirar a otras personas a emprender el camino del autoconocimiento a través del amor. Ayudar a las personas a que vayan al lugar donde quieran ir, ver y abrazar lo que no quieren ver para luego integrarlo a sus vidas es una de las motivaciones profesionales que me levantan de mi cama cada día.
Infinita gratitud para ti.